Cuando Sergio propuso este trabajo, en principio, no me
resultó nada interesante porque nunca me han gustado los videojuegos y soy totalmente sincera cuando digo que en
toda mi vida sólo he jugado un par de veces al Tetris en la Game Boy de mi
hermana mayor y de esto hace ya demasiados años.
La verdad es que no sé de donde puede venir una
animadversión tal por los videojuegos, la verdad es que siempre fui una niña muy activa y lo que
más me gustaba era jugar en la calle, disfrutar de la naturaleza y en general, de todo lo que conllevase un desgaste físico importante. Nunca tuve videojuegos,
en mi época “ancestral” tampoco era tan habitual como ahora (todo sea dicho) y
es cierto, que la opinión de los padres entonces era la de que sólo jugaban a
los videojuegos los “bichos raros”, niños incapaces de establecer relaciones de
amistad con los demás y que por ello se encerraban en casa a jugar en la más
terrible soledad. Y tengo que reconocer que mi opinión hasta la fecha, no había
variado demasiado de la que tenían mis padres.
Analizando mi evidente desinterés por los
videojuegos, he de decir que ya desde pequeña era muy torpe y aunque se supone que nosotros
como profesionales de la educación no debemos nunca etiquetar a los niños por
sus capacidades o habilidades, yo lo era y mucho. Soy de letras puras y creo
que el hemisferio del cerebro que debe desarrollarse para la comprensión de la
tecnología, no lo hizo y de ahí mis carencias. Huía de todo lo que fuese
utilizar una máquina, es como algo que se me escapaba. También supongo que soy
un simple resultado de la educación obsoleta de 25 años atrás, tuve la
desgracia de formar parte de un sistema educativo basado en la memorización de
conocimientos carentes de todo sentido en la sociedad a la que claramente nos
dirigíamos. En mi colegio, no existía ni
un sólo ordenador y hasta 4º la ESO (15 años), no toqué un ordenador por
primera vez. Esto supuso que me sintiese una completa inútil en lo que a las
tecnologías se refería ya que me encontré desde el principio en situación de
desventaja respecto a mis compañeros.
Siempre he pensado que los videojuegos no son demasiado
adecuados para los niños, en primer lugar lo asocio a un aislamiento de quienes
los usan que obliga al niño a jugar en soledad impidiendo así la socialización
con los demás. Otro aspecto importante es el tema de la adicción ya que son
elementos muy atractivos para los niños y eso puede conllevar a que quieran
utilizar los videojuegos constantemente dejando de lado otras actividades más
apropiadas para un desarrollo óptimo a nivel socio-cognitivo y emocional. El
tercer aspecto que siempre me ha preocupado es el fomento de actitudes
violentas o sexistas. Existen juegos con un alto nivel de violencia explícita y
además hay juegos diseñados específicamente para niños y otros para niñas.
Parto de todos mis prejuicios para enfrentarme a mi primera
experiencia como Gamer. El pasado fin de semana, aproveché una reunión con mis
amigas para jugar al SingStar y bueno, me gustaría decir que me limité a
hacerlo durante una hora (que sería el tiempo suficiente para establecer una
opinión sobre mi experiencia vivida con el videojuego) y poder escribir mi post
pero…no fue así. Tengo que reconocer que la sesión de juego se alargó durante
varias horas y que incluso, me fui con ganas de más. Un poco más adelante os
contaré mi primera experiencia como Gamer con detalle.
SingStar es una serie de juegos de karaoke para PlayStation
2 y PlayStation 3, Fue publicado por Sony Computer Entertainment Europe y
desarrollado por SCEE y London Studio. El primer formato del juego se lanzó el
21 de Mayo de 2004 en Reino Unido y en España, el 9 de Junio del mismo año.
Después nacieron diferentes variedades de estilos musicales para dar respuesta
a todos los gustos: SinsStar Party, SingStar Pop, SingStar 80`s, etc.
Nosotras jugamos a través de la PS2 y comenzamos jugando al
SingStar Rocks, lanzado en España el 16 de Junio de 2006. Continuamos con el
Latino, los 40 principales y Mecano y porque no teníamos más…
El tipo del juego es un Simulador musical. Los juegos de
simulación permiten dirigir determinadas situaciones simulando que nos
encontramos en dichos contextos. Para jugar, es imprescindible el uso de un par
de micrófonos -uno rojo y otro azul- más un convertidor USB.
El objetivo del juego es cantar una canción, lo más parecido
a la original en cuanto a tono y melodía para ganar puntos. Las letras de las
canciones son mostradas en la pantalla y sincronizadamente con la canción.
Dependiendo de lo mucho o poco que afinemos, ganaremos más o menos puntos
respectivamente. El veredicto del juego podrá ser desde 0 (sin oído) a 10.000
(SingStar). Hay diferentes modos de juego: Conviértete en una Estrella, Cantar
Solo, Dueto, Batalla, Pasa el Micro y Estilo Libre.
He de reconocer que mi experiencia en el mundo de los videojuegos ha sido mucho más gratificante de lo que
esperaba. Siempre me ha gustado mucho cantar, por lo que me decidí por el único
juego que, a priori, llamaba mi atención al menos en la temática para que esta
tarea me resultara más atractiva. Mis amigas han jugado en diferentes ocasiones
al SingStar, pero como saben que no me gustan nada los videojuegos, cuando
estoy yo siempre evitan jugar. Pero en esta ocasión fui yo la que planteé jugar
al SingStar. Mis amigas no daban crédito: ¿Y eso Alba? ¿Estás bien?. Debían
ayudarme en mi primera experiencia como Gamer y tras burlarse de mí un buen
rato, lo hicieron encantadas. Al principio no me encontraba demasiado cómoda y
sentía vergüenza pero pasados quince minutos, mi opinión comenzó a cambiar
inesperadamente…
El ambiente comenzó a invadirse de “buen rollito”,
canciones, risas y bailes. Nos lo pasamos realmente bien, curiosamente dos de
mis amigas habían discutido el día anterior por lo que se respiraba un ambiente
un poco tenso y la sesión de juego sirvió para limar asperezas y que se
olvidaran de los conflictos. Pensamos llevar a cabo la estrategia de ponerlas
juntas en el mismo equipo para que necesariamente tuvieran que hablarse y
trabajar en equipo, y acertamos totalmente. Al cabo de un rato jugando, pasaron
de no dirigirse la palabra a cantar agarradas por el hombro riéndose sin parar.
Creo que es un juego muy divertido, pensado para un rango muy amplio de edades
y que no pasa de moda ya que es el formato típico del karaoke clásico.
Y esta situación, me ha llevado a replantearme diferentes
cuestiones:
¿Jugar a un videojuego implica necesariamente “aislamiento”?
¿Ha impedido en algún momento la socialización o más bien la
ha fomentado?
¿Es más peligroso que un niño juegue en casa con un
videojuego o que juegue en la calle rodeado de peligros?
Me ha llamado mucho la atención, cómo la experiencia del
videojuego nos permitió pasar de una situación desagradable a una tan divertida
y esto me ha llevado a plantearme los numerosos fines educativos que puede
tener un videojuego como el SingStar para usarlo con los niños:
- Desarrolla las habilidades musicales. Ritmo y tono.
- Favorece las relaciones sociales y el aprendizaje colaborativo.
- Sirve para vencer la timidez y las inseguridades.
- Desarrolla la autoestima y la capacidad de superación.
- Motiva para la superación de retos.
- Permite el dominio y control de determinadas habilidades.
- Favorece el aumento de la atención.
- Facilita el desarrollo de la habilidad lectora.
- Libera energía y tensiones.
- Aumenta el nivel de felicidad y alegría debido al carácter lúdico de la actividad.
Como cualquier parcela educativa, los padres y profesionales
de la educación deberán regular y gestionar el tiempo dedicado a los
videojuegos, y la mejor manera es compartiendo el espacio de juego con los
niños.
A la hora de realizar una crítica sobre el SingStar, lo que
me parece menos apropiado es que limita la creatividad. No fomenta la libre
expresión ni la originalidad del jugador sino la mera copia de la voz de los
cantantes. El juego busca la imitación del artista original y no permite por
ejemplo que cantes en un tono más alto o más bajo, ya que no puntúa. Cuanto más
te parezcas al tono del cantante, más puntos te da el juego incluso si
simplemente tarareas bajita la canción. Es el único inconveniente que observo en el
juego.
Puedo decir que la realización de esta tarea me ha enseñado
muchas cosas y me ha desmontado diferentes mitos que yo tenía sobre la gente
que juega a videojuegos habitualmente. He descubierto que los videojuegos
pueden convertirse en una experiencia realmente educativa y que son un modo de
entretenimiento más, ni peor ni mejor que otros, simplemente una alternativa
que permite desarrollar diferentes capacidades tanto a niños como a adultos.
También he descubierto que a los que tantas veces he llamado FRIKIS, no son
“bichos raros” sino simplemente personas con gustos diferentes a los míos. He
disfrutado jugando con mis amigas, lo que me lleva a pensar que los videojuegos
facilitan las relaciones personales además de liberar energía y hacernos sentir
más felices.
Finalizo mi reflexión sintiéndome muy orgullosa de haber
sido Gamer por primera vez a los 29 años, y creo que no será la última. Nunca
es tarde para aprender, para abrir la mente a nuevas experiencias que te
permitan evolucionar personalmente. Comencé el curso diciendo de broma que
terminaría siendo FRIKI y cada vez lo veo más cerca…
Gracias Sergio por conseguir, una vez más, desmontar todas
mis creencias obsoletas con argumentos tan valiosos.